Hoy, en martes de comedia, bienvenido a una historia delirante, que pudo haber sido algo maravilloso sino fuera porque se convirtió en otra tonta película de Adam Sandler.
La historia narra sobre unos aliens que vienen a invadir la tierra adquiriendo las formas de videojuegos y que mandan mensajes por medio de videos de la década de los 80, advirtiendo al gobierno dónde serán los ataques, en donde les dan la chance de defenderse. Para ello, cuentan con los mejores jugadores de videojuego de esa época: un grupo de inadaptados inmaduros cuyo única cosa buena que hicieron, fue ganar un torneo de videojuego en su infancia. Excepto uno, que llegó a presidente, pero eso no le quita lo imbécil.
Lo más divertido de la historia es considerar que los personajes son exactamente los mismos en su infancia que en su vida adulta, por lo que se repiten chistes que se dijeron hace treinta años atrás, como por si el espectador tuviera alguna duda de que el enano de 1982 es el mismo enano en 2015.
Y si bien la película tiene un lindo momento en la batalla final, no alcanza para salvar al humor idiota que posee Adam Sandler en sus películas. Desde la relación forzada que intenta armar con la dama protagonista hasta su rivalidad con el enano de Game of Thrones, que independiente de la adoración global que tengan por él la población: no, gente, no lo salva. Por más que lo quieran y les despierte una veta emocional su persona: sigue siendo una película ridícula.
Aunque también destacaremos la aparición de Ashley Benson, en un personaje que le permite una actuación creíble, ya que no tiene que decir ni una palabra.
Calificación: 4 - Dudosa
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