Hay películas que por más que pase el tiempo, quedarán en tu memoria por más que sólo las hayas visto una vez. Este es el caso con Ninfómana, que hace más de un año la vi y todavía puedo recordar las diversas y explícitas escenas sexuales, como también la angustia que genera y logra transmitir.
Una película que consigue hacer del sexo (tan maravilloso) algo aburrido, tedioso, monótono. No importa las experencias que viva la protagonista ni que tan excitantes puedan llegar a ser: el placer no llega, no se siente, no se encuentra. O es algo pasajero, supérfluo, que no rinde ni dura.
Es una película arriesgada, que puede gustar o no, que se la puede defender o se la puede defenestrar, pero al menos no dejará indiferente a quien la vea.
Calificación: 10 - ¡Hay que verla antes de morir!
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