Analizar esta película, amerita tener que dividirla en partes. En una primera parte con una buena atmósfera, cargada de tensión y desesperación. Y en una segunda, donde todo se va al cuerno. Siempre y cuando dejemos de lado el sin sentido que ofrece en el plano real.
Bien, tomemos en cuenta que Jack y su familia se va a algún país de Asia a vivir y, justo la misma noche en que llega, hay una revuelta social que termina en un golpe de estado en donde los extranjeros pasan a ser la presa a perseguir. Jack y su familia ahora deben hacer lo posible para sobrevivir, aunque no hay demasiados planes y las posibilidades parecen ser reducidas.
Pongamos que toda la tensión que se arma en el hotel, en donde realmente a uno le agarran un verdadero vértigo (potentado por las ganas de asesinar a las hijas del matrimonio, si es que la gente de ojos achinado no lo hace) y la sensación de asfixia que genera pelear contra el monstruo enmascarado que representa la masa colectiva.
Bien. Hasta ahí es fascinante. Incluso un gran WTF a la escena donde asesinan gente arrollándola con el auto.
El problema es que la tensión se corta por tres factores. El primero, el abuso de la cámara lenta que lejos de generar más tensión, termina hartando su recurso. El segundo, la aparición de Pierce Brosnan salvando a todos, asemejó la cinta a algo tan light como La Purga que a la idea medianamente interesante que querían mostrar. Y el tercero, cuando nos damos cuenta que un mismo villano encabeza toda la operación contra la familia, dejando que el monstruo enmascarado vea su rostro, convirtiendo a la masa en uno solo y cortando la sensación de miedo que generaba.
No obstante, tiene escenas sumamente memorables y grandes secuencias de acción y suspenso, salvando las distancias de la lógica que nos podemos encontrar en la historia.
Calificación: 8 - Muy Buena
No hay comentarios:
Publicar un comentario